Cómic Europeo: Reseña de "Los buenos veranos 2. La cala" de Zidrou [Norma Editorial]

Los buenos veranos 2. La cala.
Ahora que estamos en pleno invierno es difícil no echar de menos el verano, sobretodo esos veranos de nuestra infancia en los que las cosas eran más sencillas y el mundo parecía muy grande. Para paliar esa sensación de añoranza hoy traemos la reseña de precisamente uno de esos veranos, el verano del 69 de la familia Faldérault, retratado por Zidrou nuevamente bajo el título de Los buenos veranos 2. La cala.

Este segundo número que nos trae Norma Editorial titulado La cala (La Calanque) de la serie Los buenos veranos (Beaux Été) mantiene el mismo formato que el anterior, siendo este un cartoné de 23,5x31cm que reúne en su interior 56 páginas a color en las que disfrutar de un verano eterno, perfecto y único por sólo 16€.

Los autores que firman el número vuelven a ser el dúo invencible formado por Zidrou, guionista conocido por aua trabajos en la revista Spirou y otras obras como Merci o Marina y el dibujante Jordi Lafebre, quien firma grandes obras como La Mondaine y Lydie, algún de ellas guionizadas también por el mismo Zidrou.

Los buenos veranos 2. La cala.

Los buenos veranos 2. La cala
Los buenos veranos 2. La cala.Nos encontramos en el verano del 69, la familia Faldérault sigue en casa pese a que sus vacaciones deberían haber empezado hace tres días, todo porque Pierre, el padre, tiene que terminar las últimas páginas de su cómic.

Por suerte a la llegada del abuelo a la casa, quien simplemente pasaba por allí a regar las plantas y recoger el correo, Pierre da por concluido su número y la familia leva anclas. Eso sí, no sin antes anunciar que la madre de la familia espera un nuevo bebé! Y es que para los que no se hayan dado cuenta, esta historia tiene lugar varios años antes del primer volumen. Por ahora solo están las dos niñas Julie y Nicole y el pequeño Louis, esperando todavía a que nazca la divertida y alegre Paulette.

Así pues, después de la pausa para el café y de prepararlo todo, una vez más, la familia se sube al coche, cariñosamente apodado 4L y parte en busca de sus ansiadas vacaciones.

Los buenos veranos 2. La cala.
Pero sus vacaciones no empiezan solo cuando llegan a su destino, estas ya han empezado en cuanto suben al coche, con la brújula que apunta a esas ansiadas aventuras dirigiéndose siempre al sur, allí donde reina el sol y el calor. 

En mitad de su trayecto pararán a recoger a un autoestopista, quien tendrá que sufrir en sus propias carnes esa pachorra veraniega con mil paradas en la carretera sin importar el destino.

Pero el autoestopista no llegará muy lejos, apeandose en el camino en cuanto se escucha en la radio que Eddy Merckx ha sido el ganador de la 56ª edición del Tour de Francia. Demasiado relax para un hippie pero no para la familia Faldérault que decidirá acampar esa noche en el bosque despertando a la mañana siguiente sorprendidos al ver que ese bosque donde creían encontrarse era realmente el huerto de unos señores.


Los buenos veranos 2. La cala.Por suerte el espíritu del verano está con ellos y en lugar de recibir una bronca de los dueños terminan desayunando en su jardín, disfrutando de su amabilidad y ganándose su confianza. Será junto a ellos con loa que verán el aterrizaje en la luna y con quienes compartirán las alegrías de tiempos pasados, tanto que serán ellos los que les recomienden una pequeña cala playera, un tesoro escondido que les proporcionará diversión infinita.

Esta cala escondida a orillas del Mediterráneo será la localización perfecta para esas vacaciones, lejos de la gente, toda para su disfrute personal y además con un amable pescador, amigo de los señores a los que les destruyeron el huerto, que todas las mañanas les pasa a recoger para llevarles a un agradable pueblecito de costa donde comer, comprar y abastecerse de todas esas cosas necesarias para su tiempo en la cala.

Este será el verano perfecto para la familia, aunque como todo las vacaciones se acaban y la vuelta al hogar puede que sea más agridulce de lo esperado.

Los buenos veranos 2. La cala.

Crítica:
Los buenos veranos 2. La cala.
En este segundo número sus autores, Zidrou y Lafebre, nos traen de vuelta el rico olor a sal, a bosque y a crema solar que acompaña a la familia Faldérault, ofreciéndonos, eso si, un vistazo a su mundo cuatro años antes del primer volumen, en ese momento en el que las vacaciones eran perfectas, el padre tenía una serie propia que parecía gustar entre el púbico más crítico,los niños, la madre estaba embarazada y esperado un nuevo trabajo, y los niños aún eran lo suficientemente pequeños como para resultar adorables.

El problema radica en que al ser este verano tan perfecto y glorioso no hace darnos cuenta de que el que vivimos con la familia en el anterior volumen era todo lo contrario. Entonces el núcleo familiar parecía a punto de desmoronarse, los niños empezaban a pelearse entre ellos y la tensión en el ambiente dificultaba la convivencia. Así pues, es este segundo volumen un toque de atención para que nos demos cuenta de como han cambiado los personajes a lo largo de los años?


Los buenos veranos 2. La cala.La cosa no queda muy clara, lo que si sabemos es que en este nuevo número parece que la trama haya perdido profundidad. Y esto es debido justamente a que el argumento es el mismo que en el anterior volumen, una familia que se marcha de vacaciones, todos en el coche familiar buscando lo mismo, el sur y el sol. Todo es igual salvo que no hay conflictos entre los personajes. Esto provoca que la trama parezca demasiado lineal, monótona.

Por suerte aunque realmente no cuente con grandes conflictos entre sus páginas si que aporta una pequeña píldora de nostalgia acompañada de algunas de las grandes dudas existenciales. Estos pequeños retazos de realismo y drama casi siempre vienen acompañados de los comentarios de los pequeños de la casa, sorprendidos por cosas como la muerte y la soledad. Pero como buenos niños que son su forma de afrontarlo es diferente de la de los adultos, haciendo que aunque se traten temas difíciles o delicados ellos sean capaces de responder con inocencia y dulzura.


Los buenos veranos 2. La cala.
Sin embargo, lo que si ha conseguido Zidrou en este tomo es llevarnos nuevamente a esa época, concretamente al año 1969 llamado el año del amor para los hippies, incluyendo en este volumen una gran cantidad de referencias a este momento de nuestra historia en el que sucedieron tantas cosas. Pequeños apuntes como las canciones de los Beatles o el tour de Francia sonando por la radio, la llegada del hombre a la luna o el inicio del topless, acompañan tanto al lector como a los personajes a lo largo de todo el volumen, haciendo que lo sintamos como algo cercano a nosotros y nos gane poco a poco el corazón.

Los buenos veranos 2. La cala.

Arte: 
Los buenos veranos 2. La cala.En el apartado artístico no podemos más que volver a maravillarnos con el esplendido arte de Jordi Lafebre, quien mantiene su estilo característico con
pequeñas puestas en escena que logran grandes resultados.

En sus colores y líneas podemos ver como la familia Faldérault va cambiando tanto edad como de estado anímico, consiguiendo que sus personajes estén muy vivos y resplandezcan en cualquier escena sobretodo en aquellas en las que aparecen disfrutando del verano. Y como no, los paisajes que encontramos en el número son simplemente apabullantes, desde la imagen de la cala con las primeras luces del sol hasta el puerto abarrotado de gente. Todos ellos son simplemente increíbles y cautivadores.

Los buenos veranos 2. La cala.

Conclusión:
Nos encontramos nuevamente con otro pequeño éxito de Zifrou y Lafebre, otro de esos cómics tan suyos en los que la sencillez del día a día se convierte en algo que encuadernar y repasar en las horas libres. Si bien el primer volumen de Los buenos veranos personalmente gustó mas, esté tampoco hay que desmerecerlo ya que nos presenta la realidad cotidiana desde un punto de vista sencillo.

Ahora solo queda esperar a que llegue el tercer volumen de esta serie y nos sorprenda un poco mas mostrándonos la vida de esta familia que tantas alegrías nos da cada día que pasa.