Cómic: Reseña de "Constantine: Hellblazer" vol.1 de James Tynion IV [ECC Ediciones].

Constantine: Hellblazer
Después de que Hellblazer se publicara durante más de 20 años bajo el sello de de Vértigo, DC decidió darle matarile en ese impulso irrefrenable de reorganizar todos sus universos y ponerlos a todos bajo un mismo techo. Durante su larga trayectoria el cínico detective paranormal se gano un hueco en nuestro corazones y si bien es cierto que en esta última etapa necesitaba un empujoncito (o dos), con el cierre de la serie no dejo de sentirme como cuando tu madre entra a hacer limpieza y arrasa con esa camiseta harapienta de tu concierto favorito.

De todas formas, el señor DC no se iba a desprender así como así de un antihéroe como Constantine (con película y todo, ojo) y decidió que el fumor empedernido tuviera un lugar en el universo de los superhéroes. Desde entonces el bueno de Constantine se ha dado un paseo por una larga lista de series y hasta con su propia colección regular que bajo el título de simplemente Constantine llego a nuestro país a lo largo de siete rústicas recopilados por ECC Ediciones.
Ahora, tras la nueva reestructuración del universo y un buen montón de eventos a su cola la nueva serie resurge con el nombre de Constantine: Hellblazer, en un nuevo intento de recobrar el antiguo espíritu tan característico y alejarse de la versión más suave de New 52.

Este tomo recopila los cuatro primeros números de la serie en un formato rústica que contiene 04 páginas a color, con guión de James Tynion IVMing Doyle y dibujo de Riley Rossmo y Vanesa Del Rey. Muy prometedor.

Constantine: Hellblazer

Constantine: Hellblazer
Vuelta al pasado.
Nuestra nueva colección empieza realmente fuerte con una primera historia que nos transporta a la esencia del viejo Constantine cuando conoce a Katie, una muchacha que metiéndose dónde no debía, ha terminado haciendo tratos con demonios en busca como no del beneficio propio.

El amuleto que la endeudada mujer está utilizando para protegerse de las consecuencias no es otro que una vieja púa del antiguo grupo del John, Membrana Mucosa.

Sin embargo, su historia, ya de por si complicada, terminará de joderse al conocer a Constantine, que tras recuperar su púa, la dejará pudrirse con la comunidad demoniaca que la perseguía de forma totalmente indiferente.

Una introducción sangrienta y en nada heroica que nos deja bastante claro el palo del que va John en esta nueva colección.

Constantine: Hellblazer

Tras esta introducción repleta de carisma las páginas dan paso al inicio del arco, en el que el odiado mago comenzará a ser molestado insistentemente por Gary Lester, un antiguo amigo que permanece en su corte de fantasmas - toda la gente importante que ha perdido la vida por su culpa y que le siguen de forma habitual -.

No obstante, Gary tiene motivos de sobras para perseguir a Constantine, y es que algo muy extraño ha sucedido: ignorando las reglas naturales, Frank, otro de los fantasmas, se ha visto exterminado por una suerte de entidad; algo imposible ya que lo normal sería que un muerto no pudiera morir.

Empujado por sus fantasmas, John Constantine comenzará a recorrer la senda de lo oculto de Nueva York, a través de zonas tenues e incluso realizando una visita a la Súcubo Blythe en su pub Infierno, teniendo un pequeño episodio de traiciones compulsivas tan habitual en el mago.

Por desgracia para John, lo que a priori le parecía solo un trabajo estúpido comenzará a complicarse conforme su turbulento pasado vaya regresando a él poco a poco, inmiscuyendo en medio de la vorágine de muerte a uno de sus antiguos amores de juventud que terminó pagando el más alto precio: Verónica Delacroix.

El destino querrá que inevitablemente, John Constantine abandone la gran manzana y encauce su camino hacia su punto de origen... La vieja y pútrida Londres.
Hogar, dulce hogar.

Constantine: Hellblazer

Con este planteamiento, James Tynion IV parece más que dispuesto a traernos de nuevo al viejo Constantine, un tipo despreciable, traicionero y, en general, lo peor que puede ofrecer la humanidad. Con unas páginas repletas de su mala conducta, visceras y sexo, el guionista ha decidido agarrar fuertemente el título de Hellblazer para ofrecer un contenido que no decepcione a los seguidores de toda la vida, y en el que nos ofrece el incentivo de disfrutar de un joven Constantine en los suculentos flashbacks.

En cuanto al apartado gráfico, Riley Rossmo y Vanesa Del Rey nos brindan un arte que se aleja muchísimo de los visto en la anterior colección para optar por algo mucho más indie y cercano a las colecciones de Vértigo de lo mostrado recientemente.
Algo que desde luego, le pega mucho más al viejo Constantine.

Constantine: Hellblazer