Manga: Reseña de "Las Flores del Mal - Aku no Hana" (惡の華) vol. #10 [Norma Editorial].

Con las novedades de junio de 2016, Norma Editorial lanzaba el décimo y penúltimo número de Las Flores del Mal, titulada originalmente Aku no Hana (惡の華), un aclamado thriller psicológico con una historia tan terrible como perturbantemente realista, una obra dedicada por su autor, tal y como pone en la solapa, a todos aquellos que hayamos tenido una adolescencia difícil.

Una apuesta por una obra de tono adulto y bizarro en la linea manga de la Editorial, donde se muestra lo peor de lo que la humanidad lleva en su interior, y que en esta ocasión consta de 192 páginas en blanco y negro, encuadernada en la clásica rústica con solapas característica de los tankoubon japoneses.

La colección, obra original de Shūzō Oshimi (押見 修造), cuenta con 11 volúmenes que empezaron a publicarse en 2009 bajo el sello Kodansha, dándose por finalizada el pasado mayo 2014.
A España nos llega de la mano de Norma Editorial, en una edición respetuosamente gemela a la original nipona.
Pongámonos un poco en retrospectiva...

La historia la protagoniza Takao Kasuga, un estudiante aficionado a la lectura - adicto a la antología de poemas de Charles Baudelaire titulada "Les fleurs du mal (Las flores del mal)" que se encuentra enamorado de su bella compañera de clase Nanako Saeki.

Un día cualquiera en un ataque de pánico Takao termina llevándose el uniforme de gimnasia de Saeki a su casa, provocando que al día siguiente corra la leyenda de que un pervertido está robando la ropa de las alumnas.

Esta desafortunada cadena de eventos se acentúa cuando Sawa Nakamura, una chica antisocial con una conducta totalmente psicótica conoce el secreto de Takao, y aprovecha la situación para hacerle caer en una espiral de chantajes que impulsan al muchacho a cometer cada vez actos más graves bajo sus órdenes.

Pronto la propia Saeki se ve afectada y se obsesiona con Takao, y Takao con la retorcida Nakamura, disparando una cadena de eventos que arruina la vida de todos ellos.

A continuación nuestra historia da un salto en el tiempo y el espacio, alejándonos de aquella época. Ahora Kasuga vive en otra ciudad y asiste a otro instituto, dónde su vida se ha convertido en un insípido suceder de momentos sin sentido alguno.

Pero esta insípida vida cambia cuando comienza a involucrarse con la bella Tokiwa, la muchacha más atractiva y popular  de su curso, quién en secreto también es aficionada a la lectura y sueña con escribir su propia novela.

Ahora, cuando la relación entre ellos empieza a florecer, de forma inevitable, el pasado de Takeo regresa para golpearle en la cara, al tener que regresar a su pueblo natal debido a la mala salud de su abuelo...

Y ahora, en las Flores del Mal.
Con la salud de su anciano abuelo empeorando por momentos, la familia de Takeo se ve obligada a regresar a Gunma para estar presente en sus últimos momentos y, por lo tanto, Kasuga se encuentra frente a la adversidad de tener que regresar a su pueblo natal para afrontar su pasado tras todo este tiempo de ausencia.

Dispuesto a evitar que Tokiwa se encuentre envuelta en la historia que hasta ahora a evitado contarle, Takeo le deja únicamente un mensaje de texto explicándole la situación antes de partir con su familia, apagando el dispositivo para evitar todo contacto con ella durante su estancia en Gunma.

Con ello, él y sus padres marchan hasta el hospital dónde su abuelo aguarda el último respiro, dónde, durante su muerte, Takeo debe hacer frente a sus primos y su familia, quienes aun mantienen sobre él toda la culpa de lo ocurrido años atrás.

Con este terrible peso sobre sus hombros, el muchacho asiste al funeral, dónde inesperadamente se encuentra con una compañera del pasado... Kinoshita, la amiga de Saeki que se vio envuelta en los altercados del pasado.

Este inesperado encuentro le lleva a una conversación dónde ambos hablan sobre lo que ocurrió y dónde, finalmente y contra su voluntad, Takeo termina conociendo el actual paradero de Nakamura...

Tras todo esto, el muchacho regresa de nuevo a su vida actual y a su relación con Tokiwa, pero cuando esta le ofrece leer su novela - al fin terminada -, nuestro protagonista decide sincerarse por completo con ella.

Nakamura, una vez más, supone una piedra en el camino que no le permite avanzar, y ahora que conoce su paradero, Takeo debe ir a verla y por fin, cerrar el tema que le ha estado mortificando durante tantos años.

Todas estas revelaciones suponen un durísimo golpe para Tokiwa y para la relación entre ambos...

Pero dispuestos a no rendirse, los dos deciden dar un paso al frente y partir para enfrentar el pasado...
Un encuentro predestinado con Nakamura que dará la vuelta a sus vidas.

Shūzō Oshimi propicia el final de esta enrevesada historia con nuevamente un giro magistral que nos deja los dientes más que largos ante la proximidad del nuevo enfrentamiento cara a cara con la perturbada Nakamura...

Algo para lo que a duras penas podemos aguardar para el siguiente y último volumen, dónde presenciaremos al fin si Takeo es capaz de seguir adelante con Tokiwa o si finalmente su pasado y Nakamura sepultarán para siempre a su persona.

La mezquina y absolutamente cruel historia de Shūzō Oshimi se encuentra solo a un paso del esperadísimo final, y esta llega acompañada de un dibujo que cada vez aparece más elaborado, cautivándonos y a la vez mostrándonos la maldad más pura en unas viñetas que, trazo a trazo y página a página se están tornando más elaboradas.

Sin duda toda una obra maestra del manga que nadie debería dejar de leer.