Como todo el mundo sabe estamos en la era de oro de los superhéroes, el punto álgido en el que las compañías nos anuncian películas de héroes y villanos con dos años o más de anticipación. Algunas son realmente buenas, hay otras de peores y algunas simplemente son ridículas, pero, aunque la mayoría de estrenos estén protagonizados por fornidos y esbeltos hombres de acero o por grupos de adolescentes, ya sean mutantes o no, también hay un pequeño espacio para los siempre olvidados y esta vez recuperados antihéroes.
Y no hay un antihéroe más descarado que Deadpool.
El pobre personaje comenzó mal en el mundo del cine con una horrible aparición en Lobezno: Origen que incluso marcó al mismo actor, Ryan Reynolds, quien intentando superar el problema nos ha traído a cartelera una realmente fiel película de este descerebrado personaje.
Si hablamos técnicamente nos encontramos ante un filme de 1hora y 40 minutos donde el más chiflado mercenario hace las delicias de los espectadores gracias a los guiones de Rhett Reese y Paul Wernick, (Zombieland), así como a la increíble dirección de Tim Miller, quien se estrena en el noveno arte con esta película. Curiosamente, aunque la película cuente con el sello de la Fox, esta ha metido poca mano en su realización, aunque esto también implica poco presupuesto. Por suerte esto último tampoco se nota demasiado y su calidad no desmerece para nada, sino más bien todo lo contrario, ya que sus productores, entre los que se encuentra el mismo Ryan Reynolds han contado con más libertad a la hora de realizarla consiguiendo así un producto menos block buster y más fiel a sí mismo.
Y es que nos encontramos ante una película de Deadpool que refleja en toda su magnitud el origen de este personaje, porque Deadpool no fue siempre ese bocazas consumado. Debajo de la máscara se encuentra Wade Winston Wilson (Ryan Reynolds) un muchacho que no tuvo una infancia fácil y que una vez convertido en adulto, decidió alistarse en el ejército. Allí además de descubrir sus habilidades como tirador también se dedicó a hacer sus pinitos como mercenario, lo que culminó con su marcha con deshonor de las fuerzas especiales, pero con un prometedor inicio en los bajos fondos de la sociedad.
Su vida transcurre de forma normal y sin demasiados altibajos hasta que conoce a Vanessa, (Morena Baccarin) una prostituta que le roba el corazón y múltiples horas de sueño hasta que se convierte oficialmente en su mujercita. Sin embargo, esta película no es una bonita historia de amor y es que tras la decisión de casarse llega también la noticia del cáncer múltiple y terminal que padece Wade.
Sus días están contados e intentando salvar su vida para mantener feliz a su chica decide apostar por las promesas de un descerebrado llamado Ajax (Ed Skrein) en un bizarro experimento que provoca una alteración genética en su organismo, deteniendo así la enfermedad y haciéndole renacer como un indestructible antihéroe cuyo nombre es Deadpool. Armado con sus nuevas habilidades, y un oscuro y retorcido sentido del humor, Deadpool intentará dar caza al hombre que casi destruye su vida.
Visto así sin más ni más y sin conocer al personaje como tal bien podríamos pensar que nos encontramos ante un héroe intentando vengarse y recuperar el amor de su vida, sin embargo, eso no tiene nada que ver con esta película. Es cierto que la venganza es lo que motiva al personaje
principal, pero este no es un héroe por muy enchochado que este de su chica.
El mata, mucho y con muchas ganas, es feliz con su oficio y en ningún momento se plantea estar haciendo algo mal o la ética de ir por el mundo quitando vidas. Deadpool es un mercenario, no un héroe y eso es lo que consigue sacar esta película del cumulo de films de suphéroes que llenan la cartelera. No es Thor, no es Antman, es un loco mutante descerebrado y asesino cuyo nombre dice mucho de sí mismo, Deadpool.
Esto nos lleva al principal terreno pantanoso de esta película, su calificación en cines. Dependiendo de la región esta calificación ha variado en extensas formas, y la verdad no podemos negar que no es una película para todos públicos, ya que cuenta con escenas de sexo, muertes brutales sin cortarse ni un pelo, lenguaje soez y una serie interminable de chistes negros. Pero es que el cómic es así, y me alegro que lo hayan conservado, ya que un intento de hacerlo más “para todos los públicos” solo habría hecho que desmerecer la película y habrían salido quejas de debajo de las piedras.
Así que antes de llevar a niños de 10 años al cine a ver la nueva película de “superhéroes”, mejor asegurarse de que trata esta. Eso sí, te ríes cosa mala con esta película, desde el inicio y sus geniales créditos hasta la escena post-credits, siempre necesaria.
Así pues, vamos al grano. ¿Es realmente esta una buena película?
Sinceramente, conociendo al personaje, sabiendo donde me metía y teniendo en cuenta que apenas vi un tráiler, por eso de intentar ir al primer visionado sin prejuicios, mi opinión es que si, Dios si, ¡es muy buena!
Obviamente no es un peliculón, no cuenta con una trama compleja o un trasfondo intenso, pero es todo lo que se podía esperar de una película de este personaje, lo cual quiere decir risas, vísceras, chistes sobre la cultura pop y mucha chimichanga. Sin embargo, analicemos con más detalle él porque es tan buena.
Para comenzar la película utiliza el interesante recurso de la “cuarta pared”. Para aquellos que no estén versados con la terminología, es simplemente el hecho de que el personaje sepa o no, que está en una película y que interaccione con el espectador. La gracia en este caso es que en un inicio la película se siente como si fuera dual, con las dos identidades del protagonista: por un lado, Wade y por otro Deadpool cuando se pone su traje, Y obviamente Deadpool rompe esta cuarta pared y se dirige al público con desparpajo, pero Wade Wilson no. ¿Y porque es tan bueno que hayan hecho esto? Básicamente porque es igual que el cómic, de principio a fin.
Otro elemento con el que ha jugado muy bien el director es el hecho de que la película desde el minuto cero ya es todo acción, sangre, chistes y un loco enfundado en espandex rojo y negro. Su desarrollo no es lineal si no que va adelante y atrás en la vida de Wade para contarnos su historia de una forma ágil y muy amena. De acuerdo que en este caso este recurso se suele utilizar muchísimo en el cine, pero yo al menos estoy cansada de ver morir al tío Ben a los 15 minutos de empezar Spiderman en todos sus re-boots, por lo que el ver un inicio con más chispa siempre ayuda.
Y como no, la elección de actores. Ryan Reynolds se ha quedado a gusto haciendo esta película porque si decimos que Tony Stark es Robert Downey Jr o que no hay mejor Lobezno que Hugh Jackman, desde luego podemos quedarnos tranquilos al admitir que que Reynolds ha nacido para ser Deadpool. Obviamente le acompaña un elenco muy bueno de actores, entre los que se encuentran Morena Baccarin, con quien tiene un feeling espectacular y Ed Skrein, con el que tiene unas coreografías en las escenas de lucha, del morirse, literalmente.
Pero es que Ryan Reynolds es simplemente Dealpool y el solito hace la película. Desde su forma de hablar, sus chistes hasta la animación que aplicaron en la mascara para darle mas expresividad, hacen de él algo asombroso y loco a partes iguales.
Sin embargo, si hay algo que hace de esta película algo único, son sus chistes. Tocando todos los extremos de la cultura pop, desde series de dibujos, hasta grupos de música o sagas cinematográficas, en estos 100 minutos de duración encontramos con bromas que harán reír a toda la sala, conozcan o no al personaje. Divertidisimas son sobretodo aquellas en las que el mismo Deadpool se ríe de si mismo por haber conseguido su propia película tras el fracaso con la primera, las menciones al poco presupuesto de la Fox al poder contratar solo a dos X-Men, o el hilarante hecho que Deadpool opine sobre si Ryan Reynolds es realmente buen actor.
Dicho todo esto, creo que queda clara mi opinión al respecto. Deadpool es una película con la que te reirás si o si, siempre y cuando sepas a lo que vas. Gustará tanto a los fans del protagonista como a los espectadores casuales y todo, desde su música y efectos hasta sus actores han sido exprimidos hasta conseguir el producto mas fiel y alocado que se podría conseguir.
Si aún tenéis dudas, si teméis que no sea mas que una triste adaptación o el llevaros una decepción, pasaros por el cine, comprar unas palomitas y esperar a que empiecen los créditos, os aseguro que no os arrepentiréis.