Cómic: Reseña de "El Asesino que se Merece: el Fin de la Inocencia", de Wilfried Lupano y Yannick Corboz [Yermo Ediciones].

Este pasado mes de noviembre, Yermo Ediciones publicaba El Asesino que se Merece: El Fin de la Inocencia, la primera entrega de esta novela gráfica en clave de drama / thriller que nos lleva a una Viena cargada de artistas.

La obra ha sido publicada originalmente en Francia bajo el sello Vents d'Ouest con el título L’assassin qu’elle merite, alcanzando hasta ahora su publicación tres álbums, obra de los magníficos Wilfried Lupano (guiones) Yannick Corboz (arte).

Este volumen recopila en su interior los dos primeros, en una edición de 112 páginas a todo color que Yermo Ediciones nos brinda en un precioso cartoné de 223x312 mm.

Una edición de lujo que nos permite profundizar en una historia de la que, esperamos, pronto podamos disfrutar de una nueva entrega igual de adictiva.

Durante una desquiciada tarde de borrachera en la Viena de 1900, el excentrico aristócrata Alec Vassiliev y su amigo Klement Musil deciden realizar una apuesta para satisfacer sus gigantescos egos.

La propuesta de Alec es retorcida e inhumana: tomar a un desgraciado del populacho y manipularlo para convertirlo en un monstruo de la sociedad, una obra de arte moldeada por su voluntad como ser de un estrato superior.

Al mismo tiempo, el joven Victor Wickhoff se mete en un altercado con unos gitanos por los territorios dónde deben comerciar vendiendo flores, lo cual solo le provoca recibir una paliza por parte de su padre.

Escapando de su miserable existencia, Victor cruza sus pasos con los dos nobles, para terminar siendo el blanco elegido por el pomposo de Alec.

Con el propósito de transformarlo en su obra, Alex lleva a Victor a un  lupanar de lujo, dónde el joven satisface sus vicios a gastos pagados con la preciosa y complaciente Mathilde.

Durante unos días su vida va a todo tren, siendo el protegido de Alec y creando un cisma entre los suyos y su vida actual, hasta que el aristócrata decide cerrar el grifo y dejar a Victor desamparado.

Desesperado y ansiando recuperar lo que de repente le ha sido negado, Victor se sumerge paulatinamente en una turbulenta espiral de crímenes que lo irán convirtiendo de ladronzuelo a secuestrador y asesino, sumergiendo a todas las personas que le rodean y a el mismo en la más intensa miseria, obedeciendo a los planes de Alec.

Con este planteamiento, Lupano y Corboz nos muestra una aristocrácia corrupta, un populacho desdichado y una serie de vidas decadente en una Viena de principios del siglo XX en la que unos tienen tan poco y otros tantísimo, hasta el punto en que las morales se deforman en un lienzo de contrastes.

A esta sórdida pero atrayente historia dramática acompañan los pinceles de Corboz, quién pasa de realizar unos trazos gruesos en la primera parte de este álbum a evolucionar a un arte mucho más preciso a partir de la mitad de esta historia.

Un arte ya de por si muy agraciado que mejora por momentos a medida que nos acercamos al final de este primer volumen, siendo capaz de retratar los dos mundos tan diferentes que separan la Viena rica de la miserable.