Una reseña de Francisco José Arcos Serrano
La silenciosa vida de una pareja de jubilados en la Finlandia rural esconde, tras su galería de pequeñas miserias y tesoros cotidianos, algo más grande: la proximidad de la muerte y la fuerte presencia de la naturaleza que les rodea, provoca en el marido la urgencia por tomar consciencia de sí mismo, emprendiendo un viaje sensorial donde la memoria y lo onírico se diluyen hasta llegar a confundirse...
Sorprende sobremanera que haya sido una modesta editorial como Aristas Martínez la elegida para publicar en castellano este Sr. Esperanza de Tommi Musturi, uno de esos títulos que todo aficionado al noveno arte debería de leer al menos una vez en su vida.
Este autor finlandés no es muy conocido en nuestro país, pero merece la pena mencionar que se trata del autor de cómics más reconocido de Finlandia y que, tras más de veinte años dibujando, por fin ve algunas de sus obras más famosas publicadas en Alemania o Francia, países donde ya sabemos que se toman esto de las viñetas totalmente en serio.
El autor retrata en estas páginas el devenir del tiempo centrado en una pareja de ancianos (delicadamente inspirados en una pareja de vecinos que tuvo el mismo Musturi) y lo hace a través de un formato apaisado que bebe mucho, por tanto, de la tira cómica de toda la vida.
Me encanta el engranaje interno de la obra al centralizar el autodescubrimiento vital del personaje en un juego impecable donde la realidad y la fascinación por el mundo onírico toman protagonismo en unas viñetas cargadas de una explosiva paleta cromática alcanzando un resultado formal sencillamente abrumador y fascinante.
Mención aparte merece la majestuosa edición por parte de Aristas Martínez: tapa dura impecable, sobrecubiertas y calidad del papel inmejorable que convierten a esta obra en un objeto para atesorar en un lugar privilegiado de tu estantería.
En definitiva: ‘Sr. Esperanza’ es un cómic que destila calidad por los cuatro costados (tan sólo hay que detenerse en la manera tan particular que tiene el autor en representar la naturaleza a través de múltiples y maravillosos detalles como son la nieve, las hojarascas movidas por el viento o sencillamente deteniéndose en un “simple” y solitario tronco de un árbol), traduciéndose por lo tanto en una obra extremadamente personal, atemporal e impresionista que nos deja un poso de reflexión que perdura en nuestro interior como lectores y, por supuesto, como los seres frágiles que somos.
