Cómic: reseña de "Quantum and Woody" vol.#1 - el peor supergrupo del mundo - [Aleta Ediciones].

Aleta Ediciones lanzaba al mercado español este pasado febrero de 2015 otra de sus novedades de la recién adquirida línea Valiant, trayendo una buena nota de humor de capas a las estanterías de nuestras tiendas especializadas.

Quantum and Woody recopila en su primer volumen, titulado El Peor Supergrupo del Mundo los números 1 al 4 de la linea regular USA del mismo nombre publicada originalmente por Valiant Comics en 2013.

Con un formato de 128 páginas en rústica a todo color, Aleta Ediciones nos brinda la oportunidad de disfrutar de esta alocada historia guionizada por James Asmus (Ladrón de ladrones) y  dibujada Tom Fowler (Hulk: Primera temporada).

Después de todo, ¿cuantos cómics de superhéroes tienen una cabra en portada?

Estos tíos son lo peor.
Quantum and Woody nació originalmente de la unión del guionista Christopher Priest (también conocido como James C. Owlsley) y el ilustrador Mark Bright en los noventa para el sello Acclaim Comics, quienes realmente eran el propio sello Valiant con un nuevo nombre tras ser adquiridos por la empresa de videojuegos Acclaim Entertainment.

Fue durante 1997 que Acclaim lanzó la primera colección de Quantum and Woody, gozando de un éxito relativo en las librerías. Sin embargo, el tiempo (y la ecnonomía) no perdona y Acclaim termino quebrando, dejando en la estacada el viejo sello Valiant.

Con el paso del tiempo sin embargo, las dos empresas resurgieron cual Ave Fénix, cada una por su lado, y Valiant volvió a iniciar su camino en el noveno arte con el relanzamiento de sus historias clásicas a base de reboots como ha sido el caso de X-O Manowar o Harbinger.

De esta forma regresaban Quantum and Woody, en este caso como hermanastros en vez de amigos, para una colección de doce números (más un número cero), que es la que nos llega hoy con una primera entrega donde disfrutaremos de este merecido reinicio.

Aliados a la fuerza

La historia da su inicio cuando los dos hermanastros Eric y Woody Henderson se reúnen con motivo de la defunción de su padre tras años sin haber mantenido el contacto. Un tiempo que los ha separado de manera insalvable.

Siendo Eric Henderson un hijo modelo, estudioso y exmilitar (y de color) y Woody un inadaptado social, irresponsable y caradura (y blanco) que desapareció de casa con dieciséis años, su encuentro no tarda ni treinta segundos en despertar sus antiguas rivalidades, llegando velozmente a los reproches y los puños, provocando un altercado en pleno cementerio que termina con ambos en comisaria.

Un altercado que revela que no solo tienen en común a su padre, si no el hecho de ser dos absolutos fracasados.

Ya en la comisaria, los dos hermanos son interrogados no sobre el altercado del cementerio, si no sobre lo que parecen ser las extrañas circunstancias del fallecimiento de su padre. Sospechando que fue asesinado, los dos hijos terminan uniendo fuerzas accidentalmente para investigar lo sucedido, infiltrándose en el laboratorio en el que trabajaba su predecesor.

Pero Woddy y Eric juntos son un puto desastre, y antes de que se percaten ya han desencadenado una reacción en cadena que hace explotar todo el laboratorio, otorgándoles unos extraños e inesperados poderes quánticos.

Teniendo que darse a la fuga como principales sospechosos ante la ley del asesinato de su propio padre, los dos hermanastros deberán unirse a la fuerza para hacer frente a la turbia organización P.I.E., enmascarados como los superhéroes Quantum y Woody.

Con este inicio tan loco, James Asmus se lanza a la piscina mostrándose más que capaz de recuperar la frescura de las aventuras clásicas de Quantum y Woody, logrando unas aventuras dinámicas y un ritmo trepidante a lo largo de la divertida trama que nos propone, relanzando a la pareja más irreverentes del mundo de los superhéroes.

Por su parte, Tom Fowler desata sus lápices con maestría a lo largo de unas viñetas repletas de acción y situaciones de lo más variopintas, mostrándose capaz de mezclar las escenas más clásicas de un cómic de acción con ese toque a lo "agarralo como puedas" que aporta esa esencia de caos que hace esta obra única.

Sin duda, Quantum and Woody es un cómic digno de leer. Quiero decir, hay una cabra en portada.
No necesito más razones.