Manga: review de "Let's Cook" [Letra Blanka Editorial].

Durante el XVIII Salón del Manga de Barcelona en 2012, el genero gaijin estuvo de enhorabuena gracias a Letra Blanka Editorial, fundada por una serie de autores nacionales que, decididos a triunfar lanzaron el magnifico “Let’s Cook!”, acompañando a la tónica culinaria que proliferaba en el evento de aquel año.

Balust, Black Velvet, Blue Lotus, Kudo y Senseidani formaban el grupo de autores que nos traían varias historias protagonizadas por Oscar, Ryusei Yoshida, Carla, Sonia, una guerrera amazona y un espíritu friki que sorprendían a propios y a extraños a lo largo de unas páginas de lo más originales, enchufando una buena dosis de energía positiva a la colección Kanji de la editorial.
Viendo la portada y el título de dicha obra, el lector quizá espere un manga dónde sus protagonistas narren lo trepidante que es la vida de aquellos que trabajan tras los fogones como ya lo han hecho algunas otras obras manga en el pasado, dónde los tornéos culinarios y el poder de las delicatesen competía en espectacularidad con Oliver y Benji o Dragon Ball.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad; Let's Cook le pega una patada al típico argumento de competitividad entre rivales para presentarnos tres historias bastante diferentes dirigidas a un público maduro al cual, cómo mínimo, no dejará impasible.

La primera de nuestras historias es la que adopta una temática más adulta en cuanto a ambiente y desarrollo. En ella conocemos a un joven emprendedor que tras decidir aconsejar a su jefe el sustituir su bareto tradicional por una barra japonesa se come todas las broncas habidas y por haber.

Este pobre trabajador del sector de restauración tiene que sufrir a su jefe en compañía de su compañero de trabajo, y además se encuentra enamorado en secreto (o no tan secreto) de un bombazo de chica que le provoca constantes dolores genitales.

Decidido a impresionarla, nuestro protagonista la invita al local solo para que esta venga acompañada de su novio y empiece dispararse el desastre... un desastre que viene apoyado por una sushi larlante que decide convertirse en la conciencia psicópata de nuestro cocinero.

Este arco argumental presenta un dibujo bastante resultón y que cumple de sobras con lo prometido, y con la que sin duda es la historia más interesante de todo el tomo.

En la segunda, el volumen cambia absolutamente de registro pasando del perdedor de la anterior historia a un maquiavélico cocinero que, a pesar de su juventud y gracias a sus habilidades, se encuentra catapultando su carrera gastronómica con el fin de crear su propia cadena de restaurantes.

Esto es así hasta que, antes de poder echar sus especias secretas a uno de sus platos, un espíritu surge de su olla y decide secuestrarle para sumergirle en una fantástica aventura para detener un futuro de los más aciago.

Acompañados de una sensual guerrera medievo-fantástica, el grupo tratará de impedir que el dragón dé origen a las especias secretas del cocinero, que terminarían sumergiendo la civilización en las garras de un dictador que lo mandaría todo a la porra.

El dibujo de este arco es, simplemente, sublime, acompañando deliciosamente a la trama más loca de todas las que encontramos en Let's Cook.

Finalmente, la última historia nos pone en el pellejo de un marido que, para hacer un impactante regalo a su queridísima esposa, se mete a trabajar por las noches en un local que parece emergido del mismísimo infierno.

Con un jefe totalmente loco, unos compañeros psicópatas y una cabra que se va quedando más tullidas según van pasando las páginas, esta comedia es con creces la que presenta un estilo más fancinero de todo lo que encontramos en Let's Cook, complementando la oferta que nos da LetraBlanka con aun más variedad si cabe.

Sin lugar a duda, Let's Cook fue y es una apuesta fuerte en un mercado en el que triunfar mediante las viñetas es complicado, pero al que aun así LetraBlanka se enfrenta con sus mejores armas:
Un menú variado y de mucha calidad.

Ittadakimasu!