Dos números más de esta reedición-recopilación magnifica que tanto impacto causo en el panorama de la novela gráfica, fruto de la brillante unión de Brian Azzarello (guión) y Eduardo Risso (dibujo).
Con ello alcanzamos el fin la mitad de su monstruoso vástago de 100 números, cuya trama comienza a recibir algo de luz entre tragedia y masacre por partes iguales... toda una novela negra pasada a la viñeta con un toque de ácido pulp y conspiraciones a pie de página.
¿Alguna vez has deseado matar a alguien? ¿Y si un desconocido se te acercase, te diese pruebas irrefutables de que tu desgraciada vida se debe a un acto concreto de una persona en particular? ¿Y si en el mismo maletín en el que están esas pruebas hubiese una pistola y 100 balas que ni la policía podría rastrear? Una venganza, un asesinato impune, el ajuste de cuentas definitivo. ¿Qué harías?
El cuarto volumen - el primero que repasaremos hoy - comienzan bien fuerte gracias a la historia que da inicio al número 4 y que toma como protagonista a Milo Garrett, un detective privado cuyo rostro se encuentra oculto tras unas vendas a causa de un reciente accidente.
La clásica visita del agente Graves con su maletín con 100 balas imposibles de rastrear y un montón de pruebas que convierten ese accidente en algo provocado cambiarán la perspectiva de Milo, quién optará por investigar su propio caso.
Esta desafortunada decisión terminará llevándole a cruzar su camino con Lono y con Megan Dietrich, lanzándose de cabeza a la guerra entre los ex-milicianos y el Trust y, por desgracia para él, descubriendo que la palabra CROATOA tiene un fuerte significado en su vida.
Esta pequeña miniserie dentro del titán que es 100 balas y que abarca de los números 31 al 36 de la serie original bajo el nombre de "El Falso Detective", nos muestra al brillante Azzarello en su salsa... pura novela negra y ambiente detectivesco desatados cruelmente sobre las páginas del cómic que tenemos entre manos, con uno de los personajes más trágicos y duros que nos han sido presentados hasta la fecha.
Milo Garret ganará al lector a lo largo de las páginas de su historia, en las que tratará de averiguar quién es el mismo mientras se enfrenta a puñetazos a cualquier incosciente lo bastante idiota como para oponersele, y al mismo tiempo trata de sobrevivir a la pasión de Dietrich y la violencia compulsiva de Lono.
Toda una obra de arte que condensa al máximo el tono de esta novela gráfica.
Una vez terminada la saga de Milo Garret, el cuarto volumen pasa a antiguos conocidos que regresan desde las páginas del primer número en los desesperados intentos de agarrar su vida anterior.
Por un lado, Dizzy Córdova regresará a Chicago solo para encontrar como la vida a continuado arrolladora entre sus amigas, que siguen teniendo hijos y viviendo de las ayudas del estado como si no hubiera mañana, o el hecho de que su madre ya no vive donde antes y que, por lo tanto, le ha perdido totalmente la pista.
Por su parte, Cole Burns encontrará que, tratar de recuperar a su antigua novia, Sasha, ya se encuentra fuera de su alcance. Está claro que dejar el anillo de compromiso clavado a un poste con un cuchillo y no volver en un año, por muy badass que pueda ser, no gana el corazón de ninguna mujer,
Una historia que además va combinando magistralmente con un desastroso atraco a un bar donde, por desgracia de los malhechores, terminará recibiendo la visita de Cole.
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Terminado este inciso, la trama regresará brevemente al Trust, donde empezaremos a ver el juego a dos bandas en el que se encuentra Sheperd. Durante esta historia, Benito Medici verá su mundo revolucionado cuando su vida se encuentre subitamente en peligro, solo para ser salvado por la habilidad de matar (hasta ahora desconocida) de Sheperd.
Benito parecerá empezar a plantearse algunas cosas sobre sus responsabilidades como heredero del Trust, y nosotros empezaremos a plantearnos algunas cosas sobre el doble papel de Sheperd, de cara a los Medici y de cara a Graves...
Finalmente, el volumen 4 terminará con el bestial Lono en una historia que, continuando con lo sucedido en la de Milo Garret, veremos como el salvaje ex-miliciano se mete en un follón que le viene demasiado grande al desafiar a los dos bandos de esta guerra.
Y es que siempre queremos más Lono...
Pasando al quinto volumen, la trama principal que envuelve al Trust comenzará a destapar algunos detalles que sorprenderán incluso al propio Graves, cuando descubra gracias a una reunión clandestina con parte de ellos que las 13 (ahora doce) familias que controlan el poder mundial están bastante menos unidas bajo el mandato de Augustus Medici de lo que parece.
Tras el asesinato de Daniel Peres y con su familia disuelta entre las demás, algunos de los miembros de la organización no parecen estar de acuerdo con que sigan siendo números pares, por lo que la guerra parece inminente.
¿Que cartas tomará en el asunto Graves? ¿se pondrá de parte de esta escisión no agradada por la supremacía de Augustus?
Por otro lado y dejándonos con la decisión de Graves al respecto en el aire, este quinto volumen continúa con el regreso de viejos conocidos a las páginas de 100 Balas, retomando sus historias para que sepamos situar a cada uno de ellos en el contexto.
El primero de ellos es Wylie Times, a quién ya conocemos de su anterior encuentro con Dizzy Cordova y que en esta ocasión seguirá despertando nuestro creciente interés en el que suponemos un ex-miliciano... sobretodo cuando presenciemos su encuentro con Graves y este le ceda uno de sus maletines... Esto solo puede acabar mal.
Por otro lado regresa uno de los favoritos tras su historia en el cuarto volumen: Lono, el Perro, que tras la traición de Sheperd terminará en prisión para encontrarse con otro personaje que ya echábamos de menos, Loop Hugues.
Juntos protagonizarán una de las historias más remarcables del volumen, donde una vez más veremos la bestialidad que se oculta bajo la piel de Lono.
De nuevo regresará también Jack Daw, protagonista de una trágica historia ya pasada en volúmenes anteriores, donde conocimos a este desgraciado sumido en la droga. Y menudo regreso... tras narrar su historia anteriormente, siendo poseedor de uno de los maletines de Graves y sabiendo que el culpable de todas sus desgracias es él mismo, Jack continuará su camino junto a su inseparable amigo para terminar en una masacre que incluirá paletos del sur, mafia italiana e incluso tigres.
Terminamos el repaso del quinto número con la primera aparición del misterioso Victor Ray, un tipo mezclado en un tema de un robo de diamantes que, en media de una masacre entre bandas, narrará el origen del Trust y los milicianos...
Un conocimiento que nos hace plantearnos quién diablos es este tipo, y más tras ver el despliegue de sus habilidades asesinas en las páginas que tenemos entre manos.
¿Alguna vez has deseado matar a alguien? ¿Y si un desconocido se te acercase, te diese pruebas irrefutables de que tu desgraciada vida se debe a un acto concreto de una persona en particular? ¿Y si en el mismo maletín en el que están esas pruebas hubiese una pistola y 100 balas que ni la policía podría rastrear? Una venganza, un asesinato impune, el ajuste de cuentas definitivo. ¿Qué harías?
El cuarto volumen - el primero que repasaremos hoy - comienzan bien fuerte gracias a la historia que da inicio al número 4 y que toma como protagonista a Milo Garrett, un detective privado cuyo rostro se encuentra oculto tras unas vendas a causa de un reciente accidente.
La clásica visita del agente Graves con su maletín con 100 balas imposibles de rastrear y un montón de pruebas que convierten ese accidente en algo provocado cambiarán la perspectiva de Milo, quién optará por investigar su propio caso.
Esta pequeña miniserie dentro del titán que es 100 balas y que abarca de los números 31 al 36 de la serie original bajo el nombre de "El Falso Detective", nos muestra al brillante Azzarello en su salsa... pura novela negra y ambiente detectivesco desatados cruelmente sobre las páginas del cómic que tenemos entre manos, con uno de los personajes más trágicos y duros que nos han sido presentados hasta la fecha.
Milo Garret ganará al lector a lo largo de las páginas de su historia, en las que tratará de averiguar quién es el mismo mientras se enfrenta a puñetazos a cualquier incosciente lo bastante idiota como para oponersele, y al mismo tiempo trata de sobrevivir a la pasión de Dietrich y la violencia compulsiva de Lono.
Toda una obra de arte que condensa al máximo el tono de esta novela gráfica.
Una vez terminada la saga de Milo Garret, el cuarto volumen pasa a antiguos conocidos que regresan desde las páginas del primer número en los desesperados intentos de agarrar su vida anterior.
Por su parte, Cole Burns encontrará que, tratar de recuperar a su antigua novia, Sasha, ya se encuentra fuera de su alcance. Está claro que dejar el anillo de compromiso clavado a un poste con un cuchillo y no volver en un año, por muy badass que pueda ser, no gana el corazón de ninguna mujer,
Una historia que además va combinando magistralmente con un desastroso atraco a un bar donde, por desgracia de los malhechores, terminará recibiendo la visita de Cole.
Benito parecerá empezar a plantearse algunas cosas sobre sus responsabilidades como heredero del Trust, y nosotros empezaremos a plantearnos algunas cosas sobre el doble papel de Sheperd, de cara a los Medici y de cara a Graves...
Finalmente, el volumen 4 terminará con el bestial Lono en una historia que, continuando con lo sucedido en la de Milo Garret, veremos como el salvaje ex-miliciano se mete en un follón que le viene demasiado grande al desafiar a los dos bandos de esta guerra.
Y es que siempre queremos más Lono...
Tras el asesinato de Daniel Peres y con su familia disuelta entre las demás, algunos de los miembros de la organización no parecen estar de acuerdo con que sigan siendo números pares, por lo que la guerra parece inminente.
¿Que cartas tomará en el asunto Graves? ¿se pondrá de parte de esta escisión no agradada por la supremacía de Augustus?
Por otro lado y dejándonos con la decisión de Graves al respecto en el aire, este quinto volumen continúa con el regreso de viejos conocidos a las páginas de 100 Balas, retomando sus historias para que sepamos situar a cada uno de ellos en el contexto.
Por otro lado regresa uno de los favoritos tras su historia en el cuarto volumen: Lono, el Perro, que tras la traición de Sheperd terminará en prisión para encontrarse con otro personaje que ya echábamos de menos, Loop Hugues.
Juntos protagonizarán una de las historias más remarcables del volumen, donde una vez más veremos la bestialidad que se oculta bajo la piel de Lono.
De nuevo regresará también Jack Daw, protagonista de una trágica historia ya pasada en volúmenes anteriores, donde conocimos a este desgraciado sumido en la droga. Y menudo regreso... tras narrar su historia anteriormente, siendo poseedor de uno de los maletines de Graves y sabiendo que el culpable de todas sus desgracias es él mismo, Jack continuará su camino junto a su inseparable amigo para terminar en una masacre que incluirá paletos del sur, mafia italiana e incluso tigres.
Un conocimiento que nos hace plantearnos quién diablos es este tipo, y más tras ver el despliegue de sus habilidades asesinas en las páginas que tenemos entre manos.
Con estos dos números, nuestras ganas de leer el número 6 van in crescendo, y es que cada vez la historia de 100 balas se vuelve más y más interesante y retorcida, firma inequívoca de Brian Azzarello y su oscuro estilo, acompañado como no del dibujo de Eduardo Risso que, aun con su simplicidad y su monocromía, dota a 100 balas del ambiente único que la caracteriza, repleta de esas sonrisas y ojos crueles en viñetas repletas de oscuridad.