Cine: review de GODZILLA (ゴジラ) 2014, de Gareth Edwards - Mucho ruido y poco monstruo -

Esta mañana hemos podido disfrutar gracias a Warner Bros y Legendary Pictures de la proyección de la nueva versión cinematográfica de Godzilla (ゴジラ), cuyo estreno en salas españolas será el próximo viernes 16 de mayo de 2014.

Esta nueva versión de nuestra legendaria daikaiju Godzilla es responsabilidad de la dirección de Gareth Edwards (Monsters, 2010) y el guión de Frank Darabont (The Walking Dead, Cadena Perpetua, La milla verde), Dave Callaham y Max Borenstein a partir de una idea inicial de David S. Goyer.

Así a priori y después del bodrio infumable de 2002 uno espera que el resultado de esta colaboración para hacer volver al Rey de los Monstruos a la gran pantalla occidental sea una oportunidad de limpiar su nombre y nuestros recuerdos.

Uno, como fan de la amada Gojira espera que, aunque no sea un peliculón de la leche, al menos verá peleas de monstruos a tutiplen entre niveles de destrucción que harán a Man of Steel palidecer.
Vamos, que si vas a ver una película de monstruos, esto no puede salir mal.

¡¡PUES OS EQUIVOCABAIS!!
Pero no nos pongamos nerviosos aún. Pongámonos en materia poco a poco.

- Una historia sobre monstruos gigantes. Or not. -

Ojito, SPOILERS.

La cosa empieza estupendamente, con un prólogo de créditos con imágenes de los años 50, en los que parece ser que consiguen liquidar a Gojira en secreto a base de ataques nucleares encubiertos como pruebas. Por si esto fuese poco, datan el primer avistamiento en 1954, fecha de estreno de la primera película nipona que dio origen al monstruo.

BIEN.
Los frikis asentimos satisfechos.

"En esta peli busco algo nuevo. Ser una especie de héroe trágico."
- Gojira en declaraciones exclusivas a Akihabara Station.

A continuación, nos endiñan otro prólogo, en el que un "científico" (notese las comillas) encarnado por Ken Watanabe (Origen) y que trabaja para una dudosa organización gubernamental, investiga con su equipo el hundimiento de unas minas sobre lo que parecen ser los restos fósiles de un kaiju.
Aquí empezamos a sospechar... ya que el fósil se encuentra ahí, a obra vista... nada de estar incrustado entre capas sedimentarias de roca ni nada similar. No no... sus costillares trazan unos arcos cojonudos sobre las cabezas de nuestros sorprendidos científicos, habiéndose mantenidos indemnes al paso de las generaciones como si el proceso de descomposición natural se la pelase vilmente.
Ignorando este escabroso detalle, los científicos descubren que había dos "pupas" de las cuales una parece haber eclosionado, habiendo dejado la criatura a su paso todo un reguero de destrucción hasta la costa.
Ken Watanabe hace gala en estas escenas de una expresión de apollardao que le acompañará toda la película, como si aún tratase de comprender por que aceptó este papel.

"¡Oh no, mi carrera!"

Con esto pasamos al tercer prólogo - sabemos que la película llegará a nosotros en algún momento - en el que en una central nuclear de Japón, Bryan Cranston (Breaking Bad) se enfrenta a unas lecturas y temblores muy sospechosos que al final provocan el derrumbamiento de la central, la muerte de su mujer y montones de trabajadores y la evacuación de la ciudad, que queda en cuarentena.

Tras todo esta puesta en situación, la acción salta quince años adelante y empezamos con nuestra historia real, pasando el relevo del protagonismo a Aaron Taylor-Johnson (Kick-Ass), quien interpreta a un artificiero militar hijo del anterior sujeto, quién tiene mujer e hija y está hasta el gorro de las paranoias de su padre, que continúa convencido que aquello no fue un accidente de la nuclear, si no de algo más (conspiraciones a tope).

Estos actores tampoco sabían en que se habían metido.
Observad sus expresiones de sorpresa.

Debido a la obsesión de su padre, el pobre chaval (cuyo nombre olvidamos en cuestión de minutos) se moviliza a Japón para sacar a su padre de un cuartelillo donde le han detenido, solo para verse arrastrado al poblado del accidente.
Allí, entre pitos y flautas terminan descubriendo que el kaiju que surgió de aquel huevo pertenece a una especie (o algo) prehistórica que se alimenta de radiación y vino a hincharse tras nacer. El bicho en cuestión despierta tras haberse puesto hasta las botas, y tras un PRINCIPIO DEMASIADO LARGO al fin podemos divisar al primer kaiju.

El bicho la lía parda y se marcha, creando montones de víctimas mientras Ken Watanabe sigue haciendo gala de su rostro de apollardao.

Rostro de algunos de los actores tras ver el montaje de la película.

Y a partir de aquí... debería empezar la película.

Lo que sigue es el periplo de nuestro protagonista tratando de regresar a casa a través de una ruta que, manda huevos la mala suerte, es justo la que sigue el kaiju en concreto. Pero vamos, paso a paso.
El temita es que surge otro kaiju en Estados Unidos que resulta ser la hembra del primer bicho... y dispuesto a impedir que consuman su unión, aparece Gojira.

Sí... ¡No estaba muerto! Estáis sorprendidos... ¿eh?

Bueno, a la ruta de nuestro protagonista y los kaiju, se une Gojira, quién, según el pseudo-científico interpretado por Watanabe, solo está aquí para restaurar el equilibrio. O eso nos dice entre haikus con un acento horrible.
Así que, aunque nadie quiere creer a Watanabe o al noble daikaiju, ¡GOJIRA ha venido a salvar el día! ¡Gojira, el amigo de los niños! ¡El rey de los monstruos!
Por que sí, Gojira es un monstruo bueno que quiere que las cosas vayan bien, así que no puede permitir que estos monstruos maten gente.

"¡Ya estoy aquí coleguis! ¡Sacad el zumo de piña!"

- Gojira solo quiere hacer amigos -

Pero... ¿dónde están los monstruos?

Vale, a ver.
Esto, QUIZÁ hace décadas y entre un público prepuber quizá podría haber molado.
Y se puede entender que quiera cazar a estos monstruos por algún motivo poco claro. Pero es que es TAN bueno que parece de una película infantil.
Aunque claro, tenemos que tener en cuenta que esta es una película para todos los públicos.
No mueren mascotas.
No mueren niños.
No se ve morir a nadie.
Y excepto algunos rasguños, no hay sangre.

Bien, dejemos esto de lado.
Todos queremos a Gojira así que, que lo propuesto suene a caspa, se puede perdonar.

"¡P-pero si estoy de vuestro lado! ¡Cabrones!" - Gojira en un intercambio cultural.

Pero la parte imperdonable del film es que prácticamente el 75% del metraje es sobre el empobrecido drama humano al que se ven sometidos los protagonistas en esta situación. Vamos, un coñazo.
Gente para arriba y para abajo, diálogos y situaciones forzadas, niños que no saben actuar señalando desastres, Watanabe mirando el horizonte con cara de apollardao y un protagonista que no termina de servir para nada en toda la película...
Básicamente todo lo que intentan los humanos no llega a nada, siendo siempre salvados por nuestro amable Gojira.

"Yo me vuelvo a Kick-ass"

Pero claro... resulta que aparte del tostón inaguantable de dos horas de gente haciendo nada bueno, nuestros monstruos casi no se dejan ver salvo en contadas escenas repletas de humo y explosiones en las que no se ve un carajo, hasta que al final nos dejan un rato donde podemos apreciar un atisbo de lo que debería haber sido toda la película.
Y yo he venido a ver una de monstruos, pero no, nos los muestran a hurtadillas como si fuesen algo misterioso a lo Cloverfield... ¡Una leche!

¿¿¿Dónde están mis monstruos???

Jugar "¿Dónde está Wally?" con monstruos de 100 metros.
Mi afición favorita.

Me siento más estafado que decepcionado y aburrido.
Y mira que eso es difícil.

- Lo bueno: GOJIRA (ゴジラ) -

Pero ni así se salva esto.

Lo bueno del film y el punto fuerte (aunque muy escaso) es Gojira. El daikaiju vuelve a mostrar su diseño viejuno de patitas cortas, cabeza pequeña y culo gordo con rayo incluido y todo que los frikis tanto amamos, pero extrapolado a los efectos especiales actuales, lo cual es bestial.

"Este es mi perfil bueno. Así, cámara, captura toda mi magia".

Los otros kaiju también tienen un diseño muy acertado, y la banda sonora es magnífica.
Por otro lado, hay algunas escenas del combate final de Gojira geniales (y otras que dan risa), y cuando cae el comando final del cielo (algo que nos mostraron a traición en uno de los tráiler) también es digno de ver.

¡Luz, fueeego, destruccióooon!

Y hasta aquí puedo leer.
Por cierto, no la veáis en 3D, la diferencia es nula.