Videojuegos: Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).

Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).En Akihabara Station hemos podido disfrutar de la beta del MMORPGFinal Fantasy XIV: A Realm Reborn” así como de la prueba del juego completo lanzada el pasado 24 de agosto. Tras unos días de auténtico vicio en la piel de nuestros héroes, os traemos esta review con las impresiones que nos ha dejado el nuevo título de la serie Final Fantasy.

Antes de adentrarnos en detalles más técnicos, nos centraremos en el mundo que Square Enix nos han traído.


La historia de nuestros héroes tendrá lugar en el reino de Eorzea, cuna de grandes civilizaciones, fuente inagotable de éter y cristal (recurso característico de la saga que vuelve a tomar gran importancia). Esto supone una especie de imán para las razas que dominan el reino así como para los monstruos, lo cual lleva a tener especial cuidado en estas inhóspitas tierras pese a la “era de paz” que se vive actualmente.

Este mundo tiene un desarrollo cíclico en su historia, dividido por Eras Astrales y Eras Umbrales, siendo las primeras épocas de clara prosperidad y paz, mientras las segundas son una inversión total de esto, generando grandes catástrofes y calamidades.

La primera Era Umbral culminó con el final de la era de los dioses y han tenido lugar seis eras desde entonces. Estas eras dieron luz a los seis elementos, que ya han quedado representados, y han generado la creencia en que la Sexta Era Astral será eterna. Una época de prosperidad, tranquilidad y paz que se encuentra con una teoría opuesta surgida del séptimo verso de las Crónicas Divinas, donde se profetiza el advenimiento de una Séptima Era Umbral terrible, aún más desafortunada que cualquiera de las anteriormente conocidas.
Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).

La situación es esta: la Séptima Era Umbral está a punto de llegar. En la frontera occidental, el Imperio Garleano reúne sus tropas para la invasión mientras las tribus nativas invocan a sus dioses. Un escenario de guerra va creándose a lo largo del mundo y la amenaza se cierne de nuevo sobre Eorzea.

Aunque no es la situación más halagüeña y deseable, es indiscutible que un escenario así da mucho juego y brinda importantes posibilidades a la historia. Vamos, que en un juego de este tipo lo que menos queremos es que nos pongan la situación fácil y feliz como si viviésemos en el Mundo de la Piruleta. Queremos acción, queremos bichos gigantes y hacerles frente.

Reino de Eorzea: principales localizaciones
Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).Limsa Lominsa: La ciudad-estado se encuentra en la costa sur de la isla de Vylbrand, bajo la sombra de los antiguos acantilados, desgastados por el implacable ataque del Mar Rhotano. La ciudad se extiende a través de pequeñas islas, cada una conectada por resistentes puentes de hierro y madera. Limsa Lominsa es una talasocracia tradicional, con su poder dividido entre el partido gobernante y su líder, el Almirante.




Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).

Gridania: Al este de Aldenard, hogar de densos bosques y caudalosos ríos, se encuentra la nación de Gridania. El paisaje urbano es un mosaico de laberínticos canales y grandes estructuras de madera, contruído con tanta gracia que parece parte del entorno. La nación se rige por la fe en la sabiduría de los Seedseers, jóvenes oráculos que guían la nación bajo la voluntad de los elementales del bosque.

Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).Ul’dah: La ciudad comercial se encuentra en medio del desolado desierto al sur de Aldenard. La ciudad se organiza en torno a la gran ciudadela en forma de cúpula. Históricamente, el sultán es el que reclama la soberanía sobre Ul’dah, pero el verdadero poder está en posesión del Sindicato, un grupo de la élite compuesto por seis de los miembros más influyentes y ricos de la sociedad.

Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review). Ishgard: En la region central de Abalathia, la gran cadena montañosa que se extiende por Aldenard de este a oeste, se encuentran las tierras de Coerthas y la Santa Sede de Ishgard. Mientras el arzobispo conduce al pueblo por las enseñanzas de Halone, la Furia reina como soberano de la nación. El formidable ejército de caballeros de Ishgard sigue librando la interminable batalla contra sus enemigos mortales, los dragones.

Razas y clanes
En el juego disponemos de 5 razas a elegir, un abanico quizá no excesivamente amplio pero si interesante, que pasamos a detallar.

Hyur
Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).Actualmente son la raza más popular entre las civilizadas. Tienen un físico relativamente modesto, tanto en altura como en constitución, siendo conocidos por sus orejas pequeñas y redondeadas. Los Hyurs están preparados para viajar grandes distancias a pie, rasgo que explica su rápida proliferación. Su ecléctica variedad de idiomas y tradiciones es legado de su diversa herencia y falta de identidad cultural unificada.

El clan Midlander forma aproximadamente la mitad de la población total de Hyurs, estableciéndose en cada reino y llevando vidas tan distintas como sus antepasados. Versados en las letras, tienen un nivel educativo superior a la mayoría de razas y clanes. Por el contrario, el clan Highlander, representado por aquellos que huyeron tras la caída de su patria ancestral Ala Mhigo, posee una constitución mayor que sus hermanos de raza. La mayoría se encuentran en el pueblo mercantil de Ul’dah, donde buscan una nueva vida como mercenarios y mercantes.

Miqo’te
Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).Sus antepasados llegaron a Eorzea durante la Edad del Hielo Infinito, atravesando los helados mares buscando la fauna necesaria para su supervivencia. Su estilo de vida como cazadores los ha provisto de un fino sentido del olfato, piernas poderosas y una cola que les proporciona un equilibrio excepcional. Los Miqo’te son muy territoriales, llevando la mayoría un modo de vida muy solitario (sobre todo los varones).

Los clanes de Miqo’te se dividen principalmente por su adoración a la Diosa del Sol, Azeyma la guardiana, o a la Diosa de la Luna, Menphina la amante. Los Seekers of the Sun prefieren la cálida luz del día, que inunda todos los aspectos de su cultura. Se les conoce principalmente por sus llamativos ojos (pupilas verticales e iris ligeramente coloreados). Por el contrario, los Keepers of the Moon se deleitan con el manto de la noche, distinguiéndose del otro clan por su pelaje más oscuro, orejas más grandes, redondos ojos, colmillos más largos y pronunciados, así como una delgada cola. Por medio de rituales se aplican pinturas faciales de guerra, debido a la creencia de que los colores vivos infunden poderes lunares.

Lalafell
Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).
La raza tierna y adorable del juego, una raza que en su mayoría parecen niños, pequeños y rechonchos. Muchos provienen de las islas de los mares del sur, donde llevan una vida sencilla como agricultores. Hasta la apertura de las rutas comerciales marítimas no se inició la migración de la raza a Eorzea. Son una raza que, pese a la importancia que dan a los lazos sanguíneos, tienen buena relación con todas las razas.

El clan Plainsfolk recibe su nombre de los paisajes llanos en las islas de donde provienen los Lalafell. Detalle característico es el color de su pelo, que varía entre tonos hierba y tierra, actuando como camuflaje. Son listos y oportunistas, taimados con las palabras, animados y con una excesiva inclinación a conversar. Por el contrario, los miembros del clan Dunesfolk son más introvertidos, estrictos respecto a la educación, poniendo el avance del conocimiento por encima de todo. Por ello destaca la extraña luminosidad que irradian sus ojos, producida por una capa protectora brillante que recubre la pupila como respuesta evolutiva a la luz deslumbrante.

Elezen
En otros tiempos los Elezen eran los únicos habitantes de Eorzea. Nómadas por tradición, los altos y esbeltos Elezen creían que el reino era suyo por derecho divino. Desafortunadamente esta creencia, ante la llegada de los Hyur, les hizo ver esto como una invasión que llevó al conflicto durante largos años.

Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).

Los Elezen se divieron en dos clanes. Los Wildwood han vivido en la relativa seguridad de los bosques de Eorzea durante cientos de años, pero con la formación del reino, muchos de sus miembros se han aventurado al atractivo cosmopolitismo de la cercana Gridania. Sus hermanos del clan Duskwight tomaron un rumbo muy distinto, viviendo durante siglos en la paz del aislamiento, viviendo en las cuevas y cavernas de Eorzea. Prefieren la oscuridad y las cavernas, lo que les ha dado el sobrenombre de los “grises” (así como a los Wildwood los verdes, por su preferencia a los bosques). Algunos de los grises se han pasado al pillaje y el robo para sobrevivir, lo que les ha granjeado el desprecio de sus parientes.

Roegadyn
Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).
Se les conoce por sus cuerpos musculosos y mirada penetrante, convirtiéndolos en la raza más grande y robusta de Eorzea. La mayoría de los Roegadyn pertenecen al clan de los Sea Wolf, gente de mar que se gana la vida en él o en las cercanías, ya sea como marineros, pescadores o piratas. Hace mucho tiempo, ninguna embarcación o villa costera estaba segura de la furia de este clan. El apetito por la piratería disminuyó cuando la armada de Limsa Lominsa realizó un despliegue a gran escala. Actualmente se dedican a labores de marinería o como mercenarios navales, pero aún mantienen algunas de sus viejas costumbres.

El clan de los Hellsguard se caracteriza por su cuerpo y mente templados por el despiadado calor de las regiones volcánicas que habitan. Creen que estas montañas de fuego son las puertas al inframundo (de ahí su nombre), por lo que permanecen cerca de los volcanes para evitar que las almas que se encuentran allí vuelvan al reino de los vivos. El entorno tan duro en el que viven produce poco sustento, por ello, cada vez más miembros del clan se expanden hacia las ciudades. Por su complexión y temple están muy demandados como soldados y mercenarios.

Creación de personaje
El apartado de creación de personaje se nos presenta interesante y amplio. En un principio seleccionamos la raza y clan (descritas un poco más arriba) al que deseamos pertenecer, así como el género de nuestro personaje. Tenemos 5 razas y 10 clanes posibles (dos por cada raza). Un detalle de este apartado es que podemos cambiarle el fondo (entre distintos paisajes y lo que parece un espacio mágico-chulo indefinido en tonos de azul) y seleccionar una postura y el atuendo para nuestro personaje, que por el momento, sólo podemos optar entre el característico de la raza o en ropa interior para los más atrevidos.


Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).Pasado este punto empezamos a darle la forma estética a nuestro personaje, encontrándonos con la posibilidad de seleccionar características como la altura, el color de la piel, los atributos propios de cada raza (como el caso de la cola en los Miqo’te), peinado, color de pelo, color y forma de ojos, forma facial, mandíbula, nariz, boca, labios, rasgos faciales (arrugas, marcas, ceño…), tatuajes, pinturas faciales y la voz.

Se trata de un apartado de diseño y creación que, si bien no es el más completo porque no permite modificar cada aspecto a nuestro antojo, sí brinda una posibilidad de modificación muy amplia y con unos patrones estéticos geniales.

Una vez terminado el aspecto estético pasamos a seleccionar el momento de nacimiento de nuestro personaje, acorde al calendario de Eorzea. Podemos elegir entre las seis Eras Astrales o Umbrales, además del día (que en vez de los 30 o 31 usuales, pasan a ser 32).

Hasta aquí los datos y características elegidas para nuestro personaje serán meramente estéticas y no repercutirán de modo alguno en el desarrollo del juego. No obstante, ahora tendremos que elegir entre las doce deidades de Eorzea, que influyen en el poder elemental de nuestro personaje, y la disciplina bélica o mágica que ejercerá (lo que posteriormente evolucione en su oficio) e indicará la ciudad en la que comencemos nuestra historia (Ul’dah, Gridania y Limsa Lominsa).

Guardianes/Dioses de Eorzea
    Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).
  • Halone: Diosa de la guerra, guardiana de Ishgard. Domina el elemento hielo y está vinculada con la primera luna del calendario eorzeano. Es la hija de Rhalgr y rival de Nophica. Símbolo: tres lanzas.
  • Menphina: Guardiana de la luna y diosa del amor. Domina el hielo y está vinculada con la segunda luna del calendario eorzeano. Es hermana de Azeyma, y la amante de Oschon. Símbolo: Luna llena.
  • Thaliak: Gobernante de los ríos y la sabiduría, dios del conocimiento, guardián de Sharlayan. Domina el agua y está vinculado a la tercera luna del calendario eorzeano. Es el padre de Llymlaen y el maestro de Byregot. Símbolo: Pergamino.
  • Nymeia: Vigilante del firmamento y diosa del destino. Domina el agua y está vinculada a la cuarta luna del calendario eorzeano. Es la hermana menor de Althyk y maestra de Rhalgr. Símbolo: Rueca.
  • Llymlaen: Vigilante de los mares y diosa de la navegación, guardiana de Limsa Lominsa. Domina el viento y está vinculada con la quinta luna del calendario eorzeano. Es hija de Thaliak y hermana de Nophica. Símbolo: Ola.
  • Oschon: Soberano de las montañas, dios de los viajeros y vagabundos. Domina el viento y está vinculado con la sexta luna del calendario eorzeano. Es hermano de Nald’thal y pareja de Halone. Símbolo: Bastón.
  • Byregot: Proveedor de la arquitectura y la industria, dios de las artes. Domina el rayo y está vinculado a la séptima luna del calendario eorzeano. Es hermano mayor de Halone y pupilo de Thaliak. Símbolo: Mano.
  • Rhalgr: Dios de la destrucción y guardián de Ala Mhigo. Domina el rayo y está vinculado con la octava luna del calendario eorzeano. Es el padre de Byregot y Halone, y aprendiz de Nymeia. Símbolo: Lluvia de meteoros.
  • Azeyma: Guardiana del sol y diosa de la investigación. Domina el fuego y está vinculada con la novena luna del calendario eorzeano. Es la hija de Althyk y hermana mayor de Menphina. Símbolo: Sol.
  • Nald’thal: Supervisor del inframundo y dios del comercio, es el guardián de Ul’dah. Domina el fuego y está vinculado con la décima luna del calendario eorzeano. Es la manifestación de los gemelos Nald y Thal. Símbolo: Cowry (una especie de concha).
  • Nophica: Diosa de la cosecha y la abundancia, guardiana de Gridania. Domina el elemento tierra y está vinculada a la undécima luna del calendario eorzeano. Es hija de Azeyma y la hermana pequeña de Llymlaen. Símbolo: Hoja primaveral.
  • Althyk: Topógrafo del cambio y el espacio, dios del tiempo. Domina el elemento tierra y está vinculado con la duodécima luna del calendario eorzeano. Es el padre de Azeyma y Menphina, y hermano mayor de Nymeia. Símbolo: Reloj de arena.
Elegido nuestro dios/guardián pasamos a escoger la clase de nuestro personaje, teniendo dos grandes disciplinas donde escoger: disciplinas bélicas y disciplinas mágicas. En las primeras nos encontramos cinco opciones, siendo estás la de gladiador (espadas), luchador cuerpo a cuerpo, merodeador (hachas), lancero y arquero. Las disciplinas mágicas nos ofrecen únicamente tres opciones: conjurador, taumaturgo y mago arcano.
Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).

Finalmente, antes de poder disfrutar del juego, uno de los últimos pasos será elegir el mundo (servidor online) donde jugaremos, así como el nombre de nuestro personaje.

Aspecto gráfico
Acostumbrados a los increíbles gráficos que ya son habituales en los de Square Enix, algunos podrían decir que esta vez han bajado el listón. Si comparásemos el juego que nos ocupa con Final Fantasy XIII o XIII-2, podríamos afirmar que han dado un considerable salto atrás. La cuestión es que nos encontramos ante un juego de proporciones y características muy distintas, en el que por desgracia no puede conseguirse un acabado tan impecable.

Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).
Probablemente si tuviésemos esa cantidad de detalle, a la hora de jugar una partida online con la altísima cantidad de jugadores que tienen cabida en un juego de ésta índole, terminaríamos lanzando la consola por la ventana ante la imposibilidad de jugar sin interrupciones, sin saltos en los movimientos del personaje y fallos en el entorno. No obstante, el aspecto gráfico del juego queda lejos de ser negativo.

Tanto los escenarios como la estética de los personajes que aparecen en el juego están muy cuidados, no perdiendo el característico estilo de la saga Final Fantasy. Podemos encontrar elementos que se asemejan a otras entregas, pues cada una de las ciudades de inicio tiene una forma bien distinta, recordándonos por ejemplo la ciudad de Ul’dah al estilo de Final Fantasy XII o Gridania algo más semejante al Final Fantasy IX.

También podemos ver muchos elementos comunes, por ejemplo, entre los monstruos a los que tendremos que enfrentarnos al salir del centro de las ciudades. No podían faltar batallas con los míticos Cactilios, seres tan entrañables como los Moguris o nuestras monturas favoritas, los Chocobos.

Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).

En definitiva nos encontramos ante un ambiente que te atrapa desde el primer momento, llevándote a un mundo de fantasía sin igual, con unas costumbres, unas proporciones y belleza únicas. Sin duda han conseguido crear y darle forma a un mundo de ensueño, con una realidad atractiva que te sumerge y vives durante el juego.

Jugabilidad
Acostumbrado a probar este tipo de juegos en PC, pensaba que el manejo resultaría más complicado y probablemente incómodo. Me he llevado una grata sorpresa al comprobar que el manejo no sólo es sencillo, sino que ha terminado resultándome más cómodo y práctico. Probablemente los más puristas sigan prefiriendo el clásico pack de ratón y teclado para machacar monstruitos a diestro y siniestro, pero la comodidad que te brinda poder hacer eso mismo con un único controlador, para mí, es inmejorable. Comodidad, señoras y señores, la posibilidad de jugar tirado en el sofá vagueando totalmente como todo buen gamer que se precie.


Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).Nada más tomar control de nuestro personaje, lo primero que nos aparece es una ventanita explicativa para que sepamos cómo manejarlo. El sistema es muy sencillo e intuitivo, tanto para jugadores experimentados como para los más nóveles. El movimiento del personaje es sencillo así como la dirección de la cámara, algo que en muchos casos resulta demasiado forzado y termina siendo más un problema que un modo de facilitar la perspectiva que queremos tener del juego, en este juego cumple su función a la perfección.

Las funciones de mapa, misiones, vista del personaje, equipamiento, etc., podemos verlas a través del menú desplegable pulsando start, pero también tenemos la opción de encontrar la mayoría en los menús de acceso rápido por los que podemos movernos durante el juego. Estos podemos editarlos incluyendo los ataques y técnicas que deseemos junto con otros parámetros como los emotes.

Si en un principio no conseguimos aclararnos con el funcionamiento, no debemos preocuparnos, ya que poco a poco, durante las misiones, nos van asaltando ventanitas con información útil al respecto. En definitiva, un control estupendo, sin demasiadas complicaciones pero sí lo suficientemente completo como para no echar nada en falta.

Banda Sonora
Épica y nostálgica, es la forma más rápida y clara de describirla. Nobuo Uematsu vuelve a ser el encargado de traernos la magia de estas historias fantásticas en forma de música, y sin duda, vuelve a transportarnos con sus melodías a esos mundos de ensueño, el espíritu épico de las batallas y la tensión de los momentos clave. 

Desde el primer momento en que empecé a escuchar la melodía me sentí atrapado por el juego, totalmente enganchado por el recuerdo del preludio de Final Fantasy VII, aunque sea una pieza musical presente en casi todos los títulos de la saga principal, es el primero al que tuve el placer de jugar. Así que ya en un principio el juego se había ganado un fan más única y exclusivamente por cuatro notas musicales. Por suerte, nos encontramos ante un título que nos brinda gran calidad tanto en su banda sonora como en el juego en cuestión.


Dinámica del juego
Esto es algo que no varía demasiado con respecto a lo que nos tienen acostumbrados en los MMORPG, y es que si algo no falla, si algo tiene éxito y funciona… ¿por qué cambiarlo? La fórmula de este tipo de videojuegos, salvo por detalles y mejoras que han ido teniendo lugar desde su origen, se mantiene prácticamente inalterable. 

Tomas control de tu héroe en un mundo enorme, tienes una meta clara pero aquello que te encontrarás por el camino es un completo misterio… así que empiezas a andar por un camino repleto de personajes desconocidos que te tenderán la mano y pedirán ayuda como si te conociesen de toda la vida. Te labrarás una reputación, un nombre, y para ello emprenderás misiones que van desde cumplir las funciones de “correveydile”, eliminar algunas criaturillas molestas de los alrededores de la ciudad, conseguir determinados objetos o machacar al más malo maloso del mundo mundial. 

Final Fantasy XIV - A Realm Reborn (review).Una dinámica sencilla que poco a poco va tomando profundidad en la historia con las misiones más avanzadas, así como las mazmorras y demás misiones que deberemos realizar en compañía de otros jugadores, lo que termina convirtiendo el videojuego en una experiencia interminable.

Se trata pues de una dinámica que no rompe los moldes de los MMORPG, pero si ahonda en ellos, mejorando un sistema ya conocido y permitiéndonos disfrutar de una historia que hará las delicias de los fans de la saga.

Conclusión
Si te gustan los MMORPG y Final Fantasy este es, sin lugar a dudas, tu juego. Si no tienes mucha experiencia en este tipo de títulos, tampoco es necesario y puede ser una gran oportunidad para adentrarte en este género. Por mi parte nunca he sido muy dado a los multijugadores online de esta índole, dejando de lado otras sagas como Warcraft. No obstante, este no ha sido el caso, ya sea por una historia más elaborada, un sistema sencillo y práctico, o que simplemente esté relacionado con una de las mejores sagas de RPG de todos los tiempos. Sea como sea, es un juego que se deja disfrutar y recomendamos totalmente.